"I'm fine" es una serie fotográfica que indaga en la relación entre el dolor emocional y los mecanismos de evasión con los que tratamos de sostenernos cuando la herida interna se vuelve insoportable.

​

En un espacio oscuro, casi suspendido, una mujer emerge como símbolo del cuerpo que calla lo que el alma grita. Su rostro muestra moratones visibles, huellas que podrían ser tanto físicas como emocionales. Frente a la cámara fuma, sostiene pastillas, y escribe sobre su piel —en inglés— un mensaje tan universal como desgarrador: “I’m fine”.

​

La aparente contradicción entre esa afirmación y su imagen es el núcleo de la serie: una reflexión sobre la máscara del bienestar, sobre las formas silenciosas en las que intentamos mantenernos en pie mientras nos desmoronamos por dentro.

El fondo negro actúa como un espacio mental, una habitación interior donde se enfrentan la vulnerabilidad, la culpa y la necesidad de alivio. La luz, dura pero contenida, revela más de lo que muestra: una dignidad que resiste en medio de la fractura.

​

Lejos del juicio o del sensacionalismo, este trabajo se acerca a la realidad de las adicciones como un síntoma emocional, no solo como un acto. Cada imagen es una pregunta abierta sobre la soledad, la autoexigencia y el deseo de ser comprendidos.

​

Porque, a veces, decir “estoy bien” es la forma más silenciosa de pedir ayuda.